jueves, 26 de marzo de 2015

El helado echo un arte

Es un hecho que nos pasa a todos cuando estamos en este entretiempo deseamos con todas nuestras fuerzas que llegue el verano, manga corta, playa, tinto con casera y como no helados, helados de todos los formatos y sabores. Pero desde hace un tiempo a esta parte es un privilegio que contamos en nuestra ciudad con un artista de los helados en una de las calles más céntricas. 

Admirar el expositor de diferentes colores y sabores que ni te puedes imaginar es un placer para los sentidos. Aun conociendo poco del asunto relacionado, cuanta cantidad de trabajo detrás de tan admirable exposición. Conocer tan excelente surtido de manjares exquisitos para el paladar, es un legado de lo cual El Puerto siempre se sentirá orgulloso. 

Cuando saboreas tan delicioso manjar heladistico te quedas prendado al traer a tu paladar el verdadero sabor de aquello que anuncia. No te imaginas una textura se te va deshaciendo poco a poco en tu paladar demostrándote así lo excelso de tan admirable helado. Increible estar probando un helado con sabor a kínder como es uno de los que a mis hijas les encanta, y parece que encontraras la sorpresa en alguno de los momentos, y que decir aquel que tiene sabor a Tejas Artesanas del Puerto, estas saboreando una teja, es como si este delicatessen se deshiciera en tu paladar. Ah!! Y a la plancha, increíble, casi es imposible pensar en un helado de esta manera, pero cuando ves al artista trabajar y luego saboreas la obra de arte…!!!Ayyy. Omaita que ricura de sabores¡¡¡


No sé qué vientos te trajeron a nuestra ciudad, pero sea cual fuere me hago fan de este, al saber que trajeron un italiano con tanto arte que rebosa nuestra tierra. Querido amigo seas de aquí o de allí sea verano o no, no dejes de visitar Heladeria Artesanal Da Massimo. 

jueves, 26 de febrero de 2015

Que tiempos aquellos.

Que momentos más felices pasamos frente a un plato y unos cubiertos, o con las manos, compartiendo emociones, palabras, risas, llantos e infinidad de muestras de nuestro ser más interior, cuando estamos compartiendo la mesa con nuestros seres queridos. Tal vez de esto ya me abras escuchado hablar o leer, pero sencillamente, las cosas más bonitas que hacemos nos la habrán tenido que repetir, no pocas ocasiones, o cuantas lecciones aprendemos gracias a la repetición. No que yo sea o me sienta alguien, no, simplemente me gustaría compartir esta verdad otra vez.

Cuanta alegría cuando nuestros pequeños nos muestran sus sensaciones en la escuela, con los amigos, o en no pocos marcos de circunstancias de su vida. Pero sinceramente, autoanalizándonos cuanto tiempo les podemos dedicar a estas emociones, a las sensaciones que nuestros pequeños nos deseen mostrar, si es por mi vida, ni una pizca lo que realmente me gustaría que fuese. Y encima cuando estamos juntos tranquilos en paz frente a la mesa, no son sus emociones, sus sentimientos, no son nuestras palabras, ni nuestros valores los que imperan. Son los de personas que ni conocemos ni conoceremos jamás. Mediante la caja tonta, o bien el móvil hoy día, permitimos que estos si entren en nuestra vida, sin nosotros poder hacer nada. Triste, no lo siguiente.

Aún recuerdo cuando en casa había una de estas cajas tontas, y en blanco y negro, y empezaba a funcionar sin colores a partir de la tarde, con no pocas horas. Y lo recuerdo con cariño por muchas razones, ya que eran tiempos donde imperaban muchos otros valores, que verdaderamente nos ha hecho ser lo que verdaderamente somos, ser la persona que hemos querido ser, fijándonos como modelo en nuestros padres, abuelos primos y otros familiares que alrededor de la mesa despachaban con nosotros.

jueves, 12 de febrero de 2015

Gracias

Queridos amigos/as es para mí un placer compartir mi visión de lo que significa el buen y gustoso hábito de llevarse a la boca aquello que tanto necesitamos y no solo necesario sino también agradable o gustoso para nuestros sentidos.  Es para mí un sentimiento de alegría poder llegar hasta vosotros mostrando mis experiencias casi siempre relacionada con el buen habito del comer. Sencillamente es para agradecer a los que supervisan este medio que a una persona como yo, el cual entiendo que escribir, si es de escribir de lo que me tuviera que ganarme la vida, mi mujer ya me habría dejado y mis hijas hambre pasarían un poco, no…lo siguiente. Si os cuento que me saque el graduado porque…por mis estudios no fueron, por mi habilidad tampoco, por mí…por mi nada, más es gracias a mis padrecitos, los pobres que ya se esforzaron.

Pero a lo que vamos, en la mañana de hoy jueves me he levantado agradecido a tantos que hacen esta buena labor de transportarnos las noticias de nuestra ciudad y de sus alrededores, con su visión particular de las cosas. Agradecidos por que esta pequeña columnita continúa con vosotros ya con un poco de tiempo, y aun no pocos me hacéis ver vuestra opinión de muchas y diferentes maneras. Gracias a vosotros, al ATS del centro de salud, al maestro de el colegio de El Juncal, al que trabaja arreglando las carreteras, y otros no pocos que casi siempre me hacéis sentir, un poco alegre, al saber que un par de minutos dedicáis a leer estas palabritas. Con faltas de ortografía, seguro señor maestro, pero ya le dije por qué.


Anda, una cosa disculpen si a algunos moleste, nunca fue mi intención. Bajo ningún propósito quise hacer daño a ninguno de vosotros.

jueves, 29 de enero de 2015

Una vuelta a las buenas costumbres.

Las cosas cuando estaban bien se modernizaron, o digamos solo cambiaron. Poco a poco el uso de "lo moderno" no nos está haciendo mejores personas, no nos está beneficiando, ni a nosotros ni a nuestros hijos. Me Explico. Cuanto aprendimos de cuando nos reuníamos como familia alrededor de la mesa para comer, o tal vez para cenar. Si las circunstancias lo permitían TODOS estábamos alrededor de esta, comiendo sí, pero alimentándonos nuestro ser interior, lo cual es casi igual o más importante como hacerlo con nuestro exterior.

Recuerdo con mucho cariño aquellas comidas en la cocina de casa cuando toda la familia estábamos alimentándonos. Sin importar lo que hubiese sobre la mesa lo que aprendíamos era más importante. No me llega ningún recuerdo de niño donde la caja tonta estuviera comentando nada, enseñándonos nada, mostrándonos nada. Es que no estaba. ¿Qué bonito eran aquellos tiempos?

La irrupción de la nuevas tecnologías con todo lo que conlleva, no nos está haciendo mejores personas, y más aún nos a echo que la comida importe más por lo bonita, que por los aromas o sabores que lleva. Es más importante la buena foto, que lo que aprendemos de quien nos acompaña. Todo el mundo tiene que saber que comemos, con quien, donde y como. Aparte de infinidad de datos que verdaderamente muchos no tienen sentido si no se está presenta.

Es cierto que ya comente de esto tiempo atrás, ¿Podríamos resistirnos a modernizarnos? Y no que la tecnología sea mala, ni mucho menos, pero podríamos resistir que controle buena parte de nuestra existencia. Quiero volver a disfrutar de una buena mesa, con todo lo que conlleva.


No es una crítica a nada es una reflexión que los de Quique me permiten hacer, y que estoy seguro que mucho de nosotros estamos de acuerdo.

jueves, 15 de enero de 2015

¿Y de la carne que me dices?

Sinceramente, que me gusta también la carne en todas sus versiones, de pollo, como no, de cerdo, de ternera, de cordero, de conejo. ¿Qué buena esta la carne?

Y es que quien le puede hacer asco a uno de esos cortes de la ternera, preparada en su punto, o incluso un poco menos, con un poco sal de la gorda y poco más. Una chuleta de las del guarro a la plancha, o en una barbacoa, o guisaita con una papas…¡¡¡Que me gusta!!! Y de los pinchitos, bien aderezados, es decir, con un buen toque de picante. Y como no, con un buen chorizo amigo, ya me has ganado, y de la butifarra ni te cuento. Tengo que contar también de su majestad EL Jamón, que a mi personalmente me gusta desde el de las Jotas hasta el que vende el tendero de mi barrio, en un buen bocadillo con un tomate restregaito y un toquecillo del olivar…¿Qué me dices?


Recuerdo con mucho cariño esas hamburguesas que me comía de aquella calle peatonal de El Puerto, las de El Conejo, cuando si la memoria no me falla fueron las primeras que me vienen a estas, con todos sus avíos, que me gustaban. Recuerdo que poco después en un lugar cerca de El Convento donde comencé mi andadura laboral llamado el tomate, las preparábamos de aúpa. Cuanto ha cambiado la cosa. Hoy día la gente se parte la cara por las lonchas de hamburguesas, con salsa y poco más, donde se hace publicidad de la carne, pero lo único que se salva es la salsa, preparada por sicólogos del sabor, los cuales nos dan no lo que nos gusta, sino lo que nos dicen nuestros sentimientos. Seguiremos…

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Y cuando sobra pescaito, ¿Que?

Pero después de dos semanas comiendo pescaito frito, me quedo una buena ración. Por qué en casa cuando hacemos “Pescaito Frito” siempre hacemos en abundancia, es decir, me explico mejor. Mi mujer es tan generosa, que no compra de este manjar como para nosotros, sino que parece que le gusta que quede, que sobre. ¿Exagerada? No es que le gusta, tanto recién frito como después. Por ejemplo…

A mi padre le gusta y mucho calentito, recién preparaito, pero para la merienda, no le hace asco, el solito se prepara con unos cachitos de pescada, o unas acedias, un plato de merienda, con pan y todo, sino como si estuviese recién fritito. Y si es para la cena, con un par de huevos, se prepara una tortilla de restos, de aúpa.

Aun mas, nosotros no pocas veces en casa, por la noche, después de que haya sobrao, que ya te he dicho, que siempre sobra, preparamos una buena ensalada a la que incluimos su lechuga, el tomate que no puede faltar, y a mí me gusta con la cebolla y en vez de echarle una latita de atún u otra, lo preparamos  con los recortes de la fuente de “pescaito de la mañana. En ocasiones hemos preparado acercándolos a unos pimientos asados, bien aliñaito, y con cuidaito con las espinas, que rico manjar.  Otra solución es preparar un aliño de los de siempre, es decir, con un par de tomatitos, cortaitos en cuadraitos, muy chiquititos, una cebolla igual cortada y haciéndole lo mismo a un pimiento, le agregamos nuestros recortes de por la mañana, y que cena más rica preparamos. Y no te digo ná con una buena taza de gazpacho, agregándole nuestras sobras, haces un gazpacho, como decía aquel…rico, rico, rico.




miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿Y del "Pescaito Frito" que dices?

Pero que me gusta comer, como ya todos sabréis. Me gusta la tortilla de patatas, las papas con chocos, me gustan los pimientos asados y de asado me gusta, como no, el pollo y frito el pollo con el estilo que le damos. Amigos, y el “Pescaito Frito”…no es la palabra gustar la que utilizaría, inventaría otra que fuese mucho más allá.

A mi memoria vienen días donde comer junto a mi familia mis padres, mis padres y mi abuelo, algo que nunca faltaba en la mesa era su buen surtidito, teniendo en cuenta que algunas veces había más y otros lo de ayer, a lo cual nunca se le hacía un asco. Recuerdo esos días de descanso con mi querida y amada esposa visitando la plaza de nuestro puerto y haciéndonos de un surtidito para los dos, con dos mil pesetas, teníamos abastecimiento para un rato bueno, muy bueno. Incluso alguna vez cayeron unas almejitas que a la marinera, que momentos mas ricos me vienen a la memoria.

Que ricas están esas Acedias, esos boquerones, los cuales me gustan enteros, el lenguaito frito, ¿Qué me dices? Y de los de roca como la mojarrita frita, ¿Qué?. No digamos nada de los choquitos, los calamares, y las puntillitas. Las huevas de chocos, y como no uno de mis favoritos son las pijotas, y el salmonete. Ese cazoncito en Adobo el cual llamamos en nuestra tierra…BIENMESABE.

Y con que lo acompaño, con picos claro, pero unas tiras de chocos entre dos panes, y si este choco es del día anterior…¡¡¡Que rico me sabe!!! A mí personalmente me gusta con una generosa copa de vino de por aquí, blanco claro está, pero no siempre fue asi, es tan versátil que se puede acompañar de un refresco.


Continuará…